El jueves fue un día muy triste. Se marchó para siempre una amiga muy querida, una persona muy especial, Carmen. A todas las personas que tuvimos la gran suerte de conocerla nos dejó una tremenda impronta. Su fuerza, su bondad, su alegría y su sonrisa siempre estaban ahí. Sus palabras eran amables, dulces y tan cariñosas como ella... Transmitía amor y confianza y siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás. Sabías que podías contar con ella para lo que fuera y te contagiaba su ánimo y su paz. Como ella decía, "si algo pasa es porque Dios lo quiere así"... Estoy muy segura de que ahora mismo estará con Él y será muy feliz allí arriba... Nunca te olvidaremos Carmen...